El juez Flors ha decretado la apertura de juicio oral contra Francisco Camps por el caso de los trajes. El presidente de la Generalidad Valenciana finalmente se sentará en el banquillo de los acusados. Atrás quedan dos largos años de un procedimiento de instrucción que todos conocemos porque los medios lo han retransmitido minuto a minuto.
En esta situación el presidente debe abandonar su cargo de la forma más rápida posible, es más, hace mucho tiempo que debería haber dimito. En realidad nunca se debería haber presentado a las últimas elecciones municipales, ya que la victoria en las mismas puede ser utilizada como una coartada para permanecer en el poder.
A pesar del apoyo popular de Camps, ningún político en una situación procesal tan delicada, debe ni puede ejercer ningún cargo público y menos el de presidente de una Comunidad Autónoma.
¿Mostrará Mariano Rajoy su habitual tibieza o abordará esta crisis con la contundencia necesaria?. Me explico, con contundencia quiero decir, que si Camps no dimite voluntariamente, Mariano debe obligarlo a tomar esta decisión.
Las incongruencias del PP
Ante la tentación de no hacer nada una advertencia. Nos estamos acostumbrando a que el discurso del PP y el comportamiento de sus cargos electos no coincidan. A modo de ejemplo sólo tenemos que analizar el discurso económico de Rajoy (imposible oírle hablar de otra cosa), lleno de palabras como ajuste, contención del gasto, bajada de impuestos y compararlo con la acción de gobierno que desarrolla el alcalde de Madrid Alberto Ruiz Gallardón.Gracias a la crisis económica, el discurso político está lleno de la palabra 'confianza'. Tanto está siendo su uso que corremos el riesgo de vaciarla de contenido. El PP y sus incongruencias demuestran cada día que no merecen nuestra 'confianza'. Rajoy tiene una gran oportunidad para demostrar a la sociedad que todavía conoce el significado de esta palabra.